sábado, 7 de septiembre de 2013

Eterno verano

Tu piel es una playa
y yo caigo en redondo,
meciéndome en tus labios,
ahogándome en tus ojos.

Mi barco es una boca
encallada en tu pelo,
perdida entre las olas
de tu oceánico silencio.

Tu piel es una playa
y me entierro en la arena,
jugando a ser dos niños,
lejos de los problemas.

Tu piel es una playa
y nado y nado y todo,
con el cuerpo de espaldas,
llegándote hasta el fondo.

Tu piel es una playa
y trazo en ella líneas
sabiendo que mis lágrimas
las borrarán.

Tu piel es una playa
y moriré en la orilla,
mudo de la palabra,
mojado de por vida.













Rafael Eduardo

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