lunes, 11 de junio de 2012

¡Ay, Pasión!


Sin más que vacío,
lleno días de nostalgia con nada.

Ansío tu mirada tímida y espabilada,
que me deja saber y ser deseada.

Estudio tu ser desde lejos en bragas,
siendo en frasquito tu huella enmarcada.

Ni lejos, ni cerca, y solo con ansia,
despierto el aliento, pensándote, zángana.

Tiemblen los ojos que dan de abrigo,
tiemblen las manos que buscan castigo.

Prohibido tu ser señora que apaga
las frías haciendas de oro, baratas.

Envidio caricias egoístas, ignoradas,
que me dejan desear, sabiendo de mis ganas.



Ana Pecado

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