-No te pongas profunda que no nos
vamos.
-No nos vayamos para no dejar de serlo.
-¿Sabemos cuánto tiempo nos queda?
-Nada ni nadie nos va alejar de este
soplo.
-¿Qué soplo?
-El que hace que las ramas de los
arboles se muevan para dejarme oirlas cantar.
-¿Siempre te cantan a ti?
-Sólo a quien sabe que cantan y
regalan.
-Yo quiero oírlas regalar.
-Pues creetelas y ellas siempre estarán
ahí. Nunca te dejan.
Ana Pecado
Poema con cuento y pensamiento, de los que tanto me gustan. Enhorabuena. Bellísima ilustración, un fragmento poco visto del cuadro.
ResponderEliminarGracias por el comentario, será un honor leerte por aqui de vez en cuando.
Eliminar1Saludos!
Maravillado estoy.
ResponderEliminar¿Que más se puede pedir en un día como hoy? Que me leáis es un lujo. ¡Es un placer!
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