Sin más
que vacío,
lleno
días de nostalgia con nada.
Ansío
tu mirada tímida y espabilada,
que me
deja saber y ser deseada.
Estudio
tu ser desde lejos en bragas,
siendo
en frasquito tu huella enmarcada.
Ni
lejos, ni cerca, y solo con ansia,
despierto
el aliento, pensándote, zángana.
Tiemblen
los ojos que dan de abrigo,
tiemblen
las manos que buscan castigo.
Prohibido
tu ser señora que apaga
las
frías haciendas de oro, baratas.
Envidio
caricias egoístas, ignoradas,
que me
dejan desear, sabiendo de mis ganas.
Ana Pecado
No hay comentarios:
Publicar un comentario